Es posible que el trabajo realizado por el ingeniero Lorenzo Valdevit y su equipo del Laboratorio HRL (Hughes Research Laboratories) de la Universidad de California en Irvine, en Estados Unidos, haya hecho del mundo un sitio más liviano. Valdevit ha conseguido crear un material tan ligero que cuesta imaginar su escaso peso. Para conseguir semejante hazaña ha utilizado un enmarañado arreglo tridimensional de delgadísimos tubos de níquel-fósforo. Un cubo de un centímetro de lado construido con estos tubos que son unas mil veces más delgados que un cabello, sólo pesa 0.9 milésimos de gramo.
En el desarrollo del nuevo material, denominado micro-lattice (algo así como micro-retículo en español), han colaborado especialistas de la Universidad de California Irvine, Caltech y los Laboratorios HRL. Los tubos de níquel-fósforo que conforman la red siguen un patrón de cruces en diagonal, una disposición que proporciona rigidez a la vez que crea espacios vacíos entre ellos. El micro-lattice, aunque parece un sólido, está compuesto en un 99.99% de aire, que le permite ser unas 100 veces más liviano que el poliestireno extruido comercializado bajo la marca comercial Styrofoam, considerado uno de los materiales más ligeros del mundo. Un material como este seguramente resultaría útil como material de relleno en el interior de piezas como las alas de un avión, el parachoques de un coche o un chaleco salvavidas. Además, sus especiales propiedades lo convierten en un muy buen aislante térmico y acústico, por lo que podría utilizarse en reemplazo de las espumas que se suelen emplear en con esos fines. Sin embargo, sus creadores han anunciado que por el momento no planean convertirlo en un producto comercial.
Por Ariel Palazzesi, neoteo
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